La semana pasada, el martes, no hubo clases en el colegio y hace ya varias semanas que se vienen escuchando por la tele, la radio y los diarios cosas sobre la protesta de los docentes de capital. Es hora de que esto también sea oído y discutido dentro del colegio.
“El señor Macri dice que no quiere más paros porque le interesa la educación, y que no se pierdan mas clases. Si realmente le preocupan nuestros niños, ¿por qué no viene a las escuelas carenciadas a ver cómo se amontonan 60 niños en un aula, cómo las ventanas están rotas y la calefacción no anda, cómo hay un solo psicopedagogo por distrito escolar (1 cada 20 escuelas)? ¿Por qué Macri no viene a ver cómo los niños no pueden aprender porque tienen hambre, y cómo los maestros tenemos que trabajar múltiples jornadas y aún así no ganamos lo que nos merecemos como para sostener a nuestras familias?”, decía un maestro en una asamblea autoconvocada que se realizó el martes pasado frente a la Jefatura de Gobierno, luego de la concentración que allí se hizo (motivo por el cual no hubo clases ese día).
Los 17 gremios docentes de la ciudad y muchísimos docentes autoconvocados vienen realizando una serie de paros y jornadas de lucha por mejoras educativas: aumento del salario, reformas edilicias, becas para los estudiantes, entre otras. Teniendo en cuenta la inflación creciente y la carestía, los maestros esgrimían el justo reclamo de una suba de $1.290 a $1.550 a cambio de la honrada tarea que asumen todos los días: la de transmitirnos su conocimiento. A pesar la permanente negación por parte de Macri (que los estudiantes ya vivimos durante la larga jornada de lucha por las becas), y a pesar de la represión que la policía federal montó contra los docentes, un primer triunfo fue alcanzado el jueves: la Legislatura le otorgó facultades a Macri para destinar $140 millones a la suba de los salarios (monto que cubriría el aumento que se reclama). Es decir, se ha cubierto una primera etapa de la lucha docente, sólo gracias a la constante movilización desenvuelta por ellos. En la Legislatura, los únicos que no votaron a favor fueron los del PRO, que se abstuvieron, y el mismo día Macri volvió a insistir en que “no hay plata” (cuando ya hace un mes la Legislatura le dio una importante ampliación presupuestaria, de la cual él pidió un tercio para pagarle a la empresa de basura que le pertenece). Macri ofreció un aumento de sólo la mitad de lo exigido. Si bien gran parte de los gremios han pactado, UTE-Ctera, Ademys y Compromiso Docente (que en conjunto nuclean a la gran mayoría de los docentes), volverán al paro la semana que viene exigiendo el aumento restante y otras condiciones para el aumento.
Los docentes nos están dando un gran ejemplo en la lucha por nuestra educación pública, que degradan desde el gobierno impunemente recortándole presupuesto, entre otros. Pero ellos no han sido los únicos. Los estudiantes de la capital también nos hemos movilizado de una forma impresionante: hubo un tremendo despliegue de fuerzas con masivas marchas, concentraciones y tomas de colegios para reclamar la reintegración de las 30.000 becas recortadas por el mismo Macri que hoy le quiere negar un aumento a los docentes, mientras subvenciona a sus empresas, a la educación privada y le sube el salario a sus funcionarios. Y nosotros también obtuvimos un triunfo parcial: tenemos que reconocernos el mérito de haber conseguido, producto de una ardua lucha, 15.000 de las becas. Es una buena lección para el movimiento estudiantil saber que, incluso cuando muchos estudiantes salieron a luchar sin siquiera un cuerpo de delegados en sus colegios, la lucha vale, la lucha activa sirve y que con ella se hace posible conseguir las cosas que son justas y necesarias.
Es evidente que las becas, los salarios, la calefacción y demás reclamos que se vienen sintiendo fuerte últimamente, no son reclamos aislados. Luego de que los mayores bríos de la movilización estudiantil secundaria en la lucha por las becas y, a principio de año, por la calefacción, hayan pasado, pero con la alta posibilidad de que de esas brasas vuelvan a surgir las masivas jornadas estudiantiles, nos toca ahora la tarea de la defensa, con los docentes, del conjunto de la educación pública. En este sentido, resulta interesante destacar que en sus mesas de negociación, los docentes vienen planteando hace meses la cuestión de las becas recortadas. Ellos así, pues, han creado un lazo de solidaridad hacia nosotros; es momento que los estudiantes secundarios se lo retribuyamos, apoyándolos en sus justos reclamos de salarios. De a poco la unidad docente estudiantil se va materializando para enfrentar al mismo gobierno que sofoca nuestra educación, se ve a estudiantes secundarios en las marchas y ya hay colegios que están sacando declaraciones de apoyo. Es hora de que, hermanados por la escuela pública, luchemos juntos.
¡Asistamos a la nueva concentración de los docentes en la Jefatura de Gobierno, el martes a las 11.30!
C.E.B.A.
Corriente Estudiantil del Buenos Aires
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